`Abu Gharibgate` en EU
REGRESO de Boston, ciudad que va a ser la sede de la Convención Nacional del Partido Demócrata, del 26 al 29 de julio. Es impresionante la división del pueblo estadounidense que ha logrado el presidente George W. Bush; uno no está sólo a favor o en contra, le apoya a fondo o le odia con ganas. Un amigo demócrata me dijo: "Trabajamos duro contra la guerra de Irak, tremendamente destructiva, que los gángsters que ahora nos mandan están imponiendo en todo el Medio Oriente, de Líbano hasta Irán. Yo pienso que todo eso es mucho más peligroso de lo que ustedes imaginan, ya que los que secuestraron la silla presidencial en 2000 no la van a dejar pacíficamente, es decir, la dejarán sólo obligados y forzados".
A lo cual otro comensal replicó que no sería tan difícil, puesto que Bush iba a perder las elecciones de noviembre: "Hay una ley dijo en la historia electoral de Estados Unidos, según la cual el candidato a la reelección que no alcanza 50% de las intenciones de voto en junio, pierde. Ford, Jimmy Carter y Bush padre estaban debajo de la vara de los 50% cinco meses antes de las elecciones y todos perdieron. Mientras que Nixon, Reagan y Clinton, los felices renovados, estaban arriba de los famosos 50% cinco meses antes. ¿No ven que la tasa de aprobación de Bush está en picada? De 75% hace un año, cayó a 42% y hay sólo 37% de satisfechos contra 63% de insatisfechos. Hace un año casi todo el mundo aprobaba la guerra de Irak y ahora más de la mitad piensa que fue un error. Hace un año toda la prensa apoyaba la guerra, ahora The New York Times hace su autocrítica y editorialistas antes belicistas piden la renuncia del secretario de la Defensa. Acaban de renunciar los números uno y dos de la CIA y el descontento de los militares se deja oír. Además ganamos (los demócratas) las dos elecciones especiales para el Congreso, primero la de Kentucky; luego, el 1 de junio, la de Dakota del Sur. Tenemos el viento en popa".
Mi amigo contestó: "Todo eso es cierto y por eso las elecciones van a ser tan importantes; ahí están en juego la presidencia y el Congreso (la Cámara de Diputados y la tercera parte del Senado); y por lo mismo la pelea va a ser a morir. Una vez más el dinero es republicano, Bush ya juntó el doble de lo que tenía en 2000: 200 millones de dólares, frente a los 117 de nuestro candidato (John Kerry). De los que votarán, cerca de la mitad sabe ya que votará a Bush y otro tanto sabe que votará contra Bush. Todo el problema consiste en ganar la pequeña minoría indecisa y convencer a unos abstencionistas que tienen que sacar a Bush. De todos modos calculo que van a ser las elecciones más duras, feas, peleadas de los últimos 25 años, o quizá desde las de 1936, cuando Roosevelt logró reelegirse".
"Cierto, muy cierto dijo el optimista, pero los republicanos acaban de descubrir que sus posiciones en el Senado ya no son tan inexpugnables y que en la Cámara Baja, si los demócratas ganan 11 ó 12 curules, recuperan la mayoría perdida hace 10 años. Además Kerry va bien en los sondeos". "No seas tan confiado, en cinco meses todo puede cambiar. Por lo pronto la economía trabaja a favor de Bush. Es cierto que el desastre en Irak le hace mucho daño, pero Kerry no puede explotar mucho esa veta. Aunque una mayoría no muy grande, por cierto reconoce ahora que fue un error esa guerra, otra mayoría (casi 60%) está de acuerdo con mandar más tropas y redoblar el esfuerzo militar. Acuérdense que a la gente no le gusta cambiar de mando en medio de una guerra. Pase lo que pase Bush tiene una base mínima de 45% y me llama la atención la atracción cada año mayor que ejercen los republicanos sobre los jóvenes hispanos. Si a nosotros nos horrorizan las fotos de la cárcel de Abu Gharib, a mucha gente la tiene sin cuidado. Bien lo dijo Bob Herbert (un editorialista conocido): en Georgia y en varios estados se hacía lo mismo y peor, en las cárceles públicas. Mucha gente piensa que para gente dura se necesita un sheriff duro. ¿No oyeron ese senador de mi Oklahoma natal? Dijo que a él le ofendía más la dizque `ofensa` que el tratamiento dado a los presos iraquíes. O sea, que apoyaba a los verdugos. Además el video islamita enseñando la decapitación del muchacho Berg no nos ayuda".
El otro no se daba por vencido: "¿Y qué me dices del descontento del establishment con Bush? Grandes empresarios, caciques visibles e invisibles, senadores republicanos, generales, se sienten muy molestos y critican la incapacidad y las divisiones manifestadas por el gobierno en Irak. La misma renuncia del patrón de la CIA va en ese sentido. Las "estructuras" calculan ya que Bush debe irse, como hace 30 años calculaban que Nixon debía retirarse para que se encontrara una salida a la guerra de Vietnam. Entonces le armaron el Watergate que no fue, como lo piensan los ingenuos, una conspiración demócrata contra un presidente republicano. Nixon no quería irse, "ellos" lo sacaron. George W. Bush y los suyos tampoco quieren salir. Por eso estalló el escándalo de la cárcel de Abu Gharib. Es el Abu Gharibgate , el Watergate de Bush".
Me quedé pensando que el autor del reportaje en el New Yorker , el que lanzó la bomba Abu Gharib, era el mismo Seymour Hersh que había destapado el asunto de la masacre de My Lai, en Vietnam. ¿Coincidencia? Luego siguieron The New York Times , News Week y CNN, toda la artillería pesada de los medios de comunicaciónestadounidenses. ¿Será la prueba de que "ellos" quieren deshacerse de Bush? ¿Será la prueba de que "ellos" no confían en la victoria deJohn Kerry y preparan una expulsión de Bush? Gane quien gane, Bush dejará una herencia terrible y el ganador tendrá una amarga victoria. Sin embargo, para bien de Estados Unidos y del mundo, para que algún día se pueda borrar la terrible imagen de esa jovencita, militar novata, teniendo amarrado como perro a un iraquí desnudo, es indispensable la derrota de un presidente que ha hecho tanto daño.
Pablo Meyer, ambuleo aleatorio por la ciencia desde México
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