Pablo Meyer, ambuleo aleatorio por la ciencia desde México

viernes, enero 27, 2006

Hallan cronómetro biológico

Dos proteínas esenciales en la regulación corporal tienen un tercer participante que las activa

Guillermo Cárdenas (REFORMA)

Ciudad de México (26 enero 2006).- Una especie de cronómetro químico es el tercer participante en los ciclos circadianos, relojes biológicos que, se creía, estaban regulados sólo por dos proteínas.

El nuevo estudio, realizado con células de la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster), replantea los fundamentos celulares de estos reguladores de funciones básicas como la vigilia y el sueño, la tensión arterial, la temperatura corporal y la producción de hormonas en plantas y animales.

Según el trabajo del mexicano Pablo Meyer Rojas, del Departamento de Genética de la Universidad Rockefeller, dos proteínas clave en la sincronización del reloj biológico, llamadas Period (Periodo) y Timeless (Sin Tiempo), tienen una función distinta a la que se creía.

De acuerdo con la idea aceptada, el movimiento de esas proteínas, que ocurre del citoplasma al núcleo de las células, comienza cuando entran en interacción.

Tras emplear marcadores fluorescentes para observar el proceso, Meyer y sus colegas Lino Saez y Michael W. Young, cuyo trabajo publicó este mes la revista Science, encontraron que la entrada de ambas proteínas es demorada por la acción de una especie de cronómetro, cuya existencia se desconocía.

"Se pensaba que las proteínas tardaban en encontrarse y una vez que lo hacían, se trasladaban al núcleo juntas, en un proceso azaroso", aclara el físico-biólogo de 28 años de edad en entrevista.

"Lo que determinamos es que las proteínas están en interacción desde el comienzo y se separan para poder entrar al núcleo en un lapso que dura 5 horas. Hay un mecanismo de acción que está contando ese tiempo, y la idea es tratar de entenderlo", aclara.

Meyer considera que su hallazgo "pondrá de cabeza" el modelo antes aceptado.

Incluso, sus resultados podrían extrapolarse al ser humano, pues esas proteínas (Periodo y Sin Tiempo) analizadas en la mosca también existen en nosotros.

"Es una primera forma de acercarse a ese problema y tener elementos para ver si el mecanismo es similar, pues el estudio puede repetirse con células humanas; de ahí el interés de contar con estos modelos", refiere.

Esta perspectiva hará posible cambiar las formas en que se producen muchos fármacos que actúan con base en las fluctuaciones circadianas y estudiar proteínas relacionadas con el cáncer y el Sida.

Con este trabajo, que empleó instrumentos de medición más precisos y redujo los intervalos de observación hasta cada 4 minutos, comenzarán a entenderse mejor las complejas interacciones entre proteínas que tienen lugar dentro de una célula viva.

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