The Science of Sleep
Con todo y que el Festival de Cine de Sundance no es como el de Cannes o Venecia, donde el atractivo son las estrellas, el glamour y las megaproducciones, la premiere mundial de la nueva película de Gael García Bernal, "The Science of Sleep", ha sido hasta el momento la que mayor interés ha despertado aquí para cientos de fanáticos de un cine distinto.
La noche del domingo se exhibió la cinta con el actor mexicano en la sala Eccles, la más grande del lugar, con boletería agotada. Incluso, el mismo Gael confesó que hasta él batalló para conseguir un par de admisiones extra.
Sereno y sonriente, el protagonista de "El crimen del Padre Amaro" se condujo por el certamen fílmico como cualquier espectador habitual, pues aquí nadie lo persigue para pedirle entrevistas o que pose para las cámaras.
En su encuentro con algunos periodistas, el joven jalisciense dijo estar satisfecho con la respuesta de la gente. La historia filmada por el francés Michel Gondry ("Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos") ha gustado y, de acuerdo con varios comunicadores que cubren el festival, es de las favoritas por su propuesta narrativa, poco convencional.
Incluso, se ha especulado que ya se negocia aquí la compra de derechos para su exhibición en Estados Unidos, pues en Francia su estreno, de acuerdo con el portal de la casa productora Gaumont, está programado para octubre.
Gael encarna en "The Science..." a Stephane, un hombre tímido y propenso a vivir en sus sueños, que en la realidad se ve forzado a regresar a la casa de su madre, en Francia, con la promesa de un trabajo seguro. Y aunque el trabajo que le han conseguido es espantoso, todo cambia cuando conoce a su vecina, Stephanie (Charlotte Gainsbourg), de la que se enamora inmediatamente.
Tan fantasiosa e imaginativa como Stephane, entre los dos empiezan a crear juegos que llevarán a una intensa relación amorosa. Y si bien vive con ella momentos de pura felicidad, pronto empieza a sospechar que quizás se trate de un invento de su propia imaginación, y todo lo que Stephane ha vivido con Stephanie haya sido simplemente un sueño del que no puede despertar.
Acompañado del director Michel Gondry y de los actores franceses Alain Chabat y Sacha Bourdo, el actor contó que desde que leyó el guión, supo que haría el filme.
-¿Buscas este tipo de papeles, o simplemente te llegan?
Los busco, pero además hay una dosis muy grande de suerte. Es un accidente que me los ofrezcan. Cuando leí el guión de "The Science..." no tuve ninguna duda de que esa era la próxima película que iba a hacer. No hubiera aceptado ningún otro proyecto que me hubieran ofrecido si tenía que renunciar a filmarla.
- ¿Cuanta libertad tuviste para trabajar con un director tan específico en lo que quiere, como Michael Gondry?
Por lo general, lo que ocurre en una película es que uno trata de interpretar el punto de vista del director, más allá de cuál sea la dinámica que eso genere. Simplemente, uno se suma a su perspectiva, con total confianza y entrega. Eso fue lo que ocurrió en este caso. Es cierto, tuve mucha libertad, pero al mismo tiempo tuve que seguir reglas muy específicas. De alguna manera todos todos los que participamos como actores estábamos buscando respuestas al dilema que plantea la película, por lo que pudimos aportar ideas, y en ese sentido, Michel fue muy abierto a nuestras sugerencias
-¿Qué tan fuerte fue la influencia del cine francés en tu formación cinematográfica?
Desde muy pequeño supe que los ingleses y los franceses eran los inventores del buen cine. Esa era la perspectiva que yo tenía de niño. En el caso de "The Science...", yo veo claras referencias al cine de Georges Méliès, al de Jean-Luc Godard y al de Buñuel. Tal vez en la idea que tienen estos personajes de que están en una especie de juego. Todo el tiempo queda muy claro que esta es una película y que no estamos tratando de recrear la vida real. Aquí, yo creo que se puede establecer una clara división entre el cine de Estados Unidos y el francés o el del resto del mundo.
Y aunque la película tiene momentos muy ridículos y divertidos, por otro lado es muy sofisticada. En términos teatrales, es un filme muy a lo Brecht, donde todos saben que se trata de un juego del que nadie va a salir lastimado. Eso me encantó, porque la ficción, en ese contexto, es más movilizadora que la realidad.
Pablo Meyer, ambuleo aleatorio por la ciencia desde México
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