Pablo Meyer, ambuleo aleatorio por la ciencia desde México

viernes, mayo 27, 2011

Arquéologos del espacio

Que construcciones humanas se han descubierto desde lo alto? Las pinturas de Nazca en el Perú claro. Y se sabe que la muralla china es la única construcción visible a ojo desde el espacio. Ahora los satélites permiten ir más allá de estos conocidos ejemplos.

La egiptóloga Sarah Parcak acaba de encontrar 17 pirámides enterradas en la ciudad de Tanis en Egipto, además de mil tumbas y 3000 asentamientos. Aunque no es la primera vez que se usa tecnología moderna para hacer descubrimientos arquelógicos, la amplitud del hallazgo es impactante. Parcak descubrió una ciudad enterrada, un Atlántis de las arenas, pues en las fotos se ven claramente los planos de la ciudad.
Financiado por la BBC, el estudio utilizó satélites detectores de rayos infrarrojos que pudieron detectar zonas donde la arena es mucho más densa que la de los alrededores, una pista para encontrar sitios con tierra con la que están echas las pirámides.

La tecnología infraroja se usa en general para detectar temperaturas en tierra y nubosidades. Las cámaras en el satélite de la Nasa podían detectar objetos de hasta un metro.

Ya se habían aplicado tecnologías modernas en arquelogía, inclusive en México el Doctor Arturo Menchaca del Instituto de Física de la UNAM utilizó hace unos años un detector de rayos cósmicos para encontrar cavidades dentro de la pirámide de Teotihuácan y al parecer hay un tunel.

Así los arquéologos dejan de ser aquellos aventureros como Edward Herbert Thompson que encontró las pirámides de Chichen Itzá en el siglo XIX o el Fray Lorenzo de la Nada quién descubrió Palenque en 1567 para volverse arqueólogos del mundo virtual.

Tecnologías con robot a control remoto y financiadas por el National Geographic ya habían explorado tumbas escondidas en las entrañas de pirámides. Descubrimiento que además se transmitió en vivo en el canal de la asociación. Recientemente una cámara-serpiente exploró las diferentes cámaras de la pirámide de Giza.

La egiptóloga Parcak verificó sobre el terreno que las posibles pirámides que aparecían en las fotografías tomadas por el satélite, lo eran. Esta tecnología abre pues la posibilidad de explorar en todo el mundo la existencia de antiguas construcciones humanas enterradas.
Esto es un avance más en el uso satelital para el monitoreo de cambios en la superficie terrestre. Satélites de observación son usados diariamente para fines de espionaje, destrucción de flora, cambios en niveles del mar, en las placas de hielo de los polos, movimientos de glaciares.

Quisiera imaginar que los satélites algún día nos permitirán encontrar aún más y mejor escondidos restos de nuestro pasado, tal vez cavernas escondidas con pinturas como las de Lascaux, o porque no si se llega al detalle mínimo, grandes rastros de los primeros homo perdidos en tierras argilosas.

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Archivo Aleario