
Mucho se ha hablado de los efectos benéficos del vino tinto – el componente resveratrol parece ser bueno para el corazón- a tal punto que se habla de la paradoja francesa, pues comen de forma abundante la famosa "dieta del mediterraneo" sín tener problemas de salud graves.
Un nuevo estudio de la universidad de Oxford muestra que el riesgo del cancer aumenta de 11% al consumir bajas cantidades de alcohol. El cancer de la cavidad oral, esofago y garganta aumenta con el consumo de alcohol, pero disminuye los riesgos de cancer de tyroide, renal y linfomas. Al parecer bajas dósis de vino, cerveza y licor son suficientes para aumentar estos riesgos, concluye también un estudio del instituto francés del cancer.
Pero solo unos dias más tarde otro estudio francés concluye que aunque el alcohol sea en general un factor de riesgo contra numerosos canceres, el consumo moderado de vino tinto protege contra algunos canceres. El problema principal es -como se sabido- el consumo excesivo y a grandes cantidades de alcohol.
El estudio de Oxford concluye que el vino tinto no aumenta el riesgo del cancer del higado mientras que otros alcoholes lo aumentan 31%. Lo mismo con el cancer de colon cuyo riesgo disminuye de 7% al consumir vino tinto, pero aumenta 31% con otros alcoholes.
Asimismo a pesar de que beber alcohol en grandes cantidades está relacionado con un mayor riesgo de infarto, beber de poco a moderadamente disminuye el peligro de accidentes cerebrovasculares y de enfermedades coronarias.
Otro dato curioso es que al parecer la gente cuya cara se vuelve roja al beber alcohol, tiene más probablidad de tener cancer de garganta (el doble!). Los asiáticos en general tienden a no tener el gen ALDH2 que ayuda a eliminar el acohol y son propensos a dicho cancer.
Hay pues que tomar estos resultados con pinzas y ver bien el contexto de dieta, el tipo de consumo y el riesgo que atrae el consumo de alcohol.
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