Pablo Meyer, ambuleo aleatorio por la ciencia desde México

viernes, agosto 05, 2011

Orígen del sexo o la lucha de sexos

En los mamíferos, el sexo se divide en dos, masculino/femenino (no es el caso en otros seres vivos que como las bacterias pueden tener 3 sexos). Desde chicos nos educan para diferenciar lo masculino de lo femenino, desde el color de la ropa, el cuarto hasta el comportamiento. Podría parecer trivial el reconocer las diferencias entre sexos, pero muchas veces es difícil reconocer físicamente macho de hembra es decir los dimorfísmos sexuales. La manera más evidente de distinguir entre masculino y femenino es vía las diferencias en los órganos sexuales, pero un hombre en 125 nace con hypospadia, defecto en el crecimiento y sutura externa del órgano sexual y uno de cada 4500 bebes tiene problemas de desarrollo sexual. Sabía usted que cada una de sus células es masculina si es hombre o femenina si es mujer? Esto se debe a una verdadera lucha molecular de sexos para imponer la identidad.



En mamíferos, el sexo se determina en una sola celula de la gónada (célula de organo reproductivo, es decir ovario o testiculo) del feto, vía la presencia del gen Sry en el cromosoma Y. Sry controla la diferenciación de esta célula ya sea en células testiculares de Sertoli o células ovarianas granulosas. Es decir que una sola célula decide el devenir sexual de todas las células del cuerpo.

El devenir sexual es una verdadera lucha del gen Sry que determina la identidad masculina y el gen FOXL2 que determina la identidad femenina. Si células granulosas ovarianas pierden el gen FOXL2 se transformarán en células de Sertoli, i.e masculinas. El artículo que publica un grupo de la universidad de Minesota esta semana en la revista Nature muestra ahora lo opuesto, es decir que a células de Sertoli a las que se les suprime el factor Sry se vuelven muy similares a células granulosas ovarianas.

Estos estudios muestran que el estado sexual de nuestras células reproductivas no está categóricamente definido y es más un equilibrio en donde la parte femenina o masculina se impone. Esta lucha de sexos tiene consecuencias en la salud y podría estar implicada en la probabilidad de ciertos tipos de cáncer testicular u ovariano, pero también podría explicar el orígen genético (y no sólo exposición a productos tóxicos) de bebes que nacen con defectos de desarrollo sexual que van desde defectos genitales hasta intercambio de sexo.

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